sábado, 2 de enero de 2010

Zizek sin piedad

Seguimos con Zizek y su crítica frontal (es que me lleva a la línea del cuestionamiento, es mordaz!). Para continuar con la línea de su crítica a los planteos identitarios, en este caso, una crítica impiadosa a los estudios y planteos poscoloniales y a los planteos sobre "el otro", "la alteridad", las narrativas, el psicoanálisis... en fin, que duro da!, que duro!. Aqui va:

"Tomemos uno de los temas predominantes del mundo universitario radical estadounidense de la actualidad: los estudios poscoloniales. El problema del poscolonialismo es sin duda crucial; sin embargo, los estudios poscoloniales tienden a traducirlo en la problemática multiculturalista del derecho de las minorías colonizadas "a narrar" su experiencia como víctimas, de los mecanismosde poder que reprimenla "alteridad", de modo que, a fin de cuentas, descubrimos que la raíz de la expltación poscolonial está en nuestra intolerancia hacia el "Extraño en nosotros", en nuestra incapacidad de enfrentarnos a lo que reprimimos en y de nosotros, mientras la lucha político-económica se transforma así imperceptiblemente en una drama seudopsicoanalítico del sujeto incapaz de enfrentarse a sus traumas interiores...

(¿Por qué seudopsicoanalítico? Porque la verdadera lección del psicoanálisis no es que los acontecimientos exteriores que nos fascinan y/o perturban son meras proyecciones de nuestros impulsos interiores reprimidos. La insoportable realidad de la vida es que, en efecto, ahí afuera hay acontecimientos perturbadores: HAY otros seres humanos que experimentan un intenso goce sexual mientras nosotros somos medio impotentes, HAY personas sometidas a torturas espantosas... Es más, la verdad fundamental del psicoanálisis no consiste en el descubrimiento de nuestro verdadero Yo, sino en el encuentro traumático con un Real insoportable).

El excesivo celo políticamente correcto de la gran mayoría de los profesores universitarios "radicales" actuales a la hora de tratar el sexismo, el racismo, las sweatshops del Tercer mundo, etc. es, pues, en última instancia, una defensa contra su propiay más íntima identificación, una especie de ritual compulsivo cuya lógica oculta es: "Hablemos todo lo posible de la necesidad de un cambio radical para asegurarnos de que nada cambie realmente!". Con respecto a este sujeto "radical chic", el primer gesto hacia los ideólogos y practicantes de la Tercera Vía debería ser de alabanza: por lo menos ellos juegan su juego de manera franca y son honestos en su aceptación de las coordenadas capitalistas globales, a diferencia de los izquierdistas universitarios seudo radicales, que adoptan hacia la Tercera Vía una actitud de completo desdén, mientras su propio radicalismo equivale, en última instancia, a un gesto vacío que no obliga a nadie en particular".

Ay caramba...

-Tomado de Slavaj Zizek, Recordando a Lenin* (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007); original en inglés, Repeating Lenin (2004).

*gracias a José A. que me trajo la pequeñita y hermosa edición de La Habana!.

sábado, 2 de enero de 2010

Zizek sin piedad

Seguimos con Zizek y su crítica frontal (es que me lleva a la línea del cuestionamiento, es mordaz!). Para continuar con la línea de su crítica a los planteos identitarios, en este caso, una crítica impiadosa a los estudios y planteos poscoloniales y a los planteos sobre "el otro", "la alteridad", las narrativas, el psicoanálisis... en fin, que duro da!, que duro!. Aqui va:

"Tomemos uno de los temas predominantes del mundo universitario radical estadounidense de la actualidad: los estudios poscoloniales. El problema del poscolonialismo es sin duda crucial; sin embargo, los estudios poscoloniales tienden a traducirlo en la problemática multiculturalista del derecho de las minorías colonizadas "a narrar" su experiencia como víctimas, de los mecanismosde poder que reprimenla "alteridad", de modo que, a fin de cuentas, descubrimos que la raíz de la expltación poscolonial está en nuestra intolerancia hacia el "Extraño en nosotros", en nuestra incapacidad de enfrentarnos a lo que reprimimos en y de nosotros, mientras la lucha político-económica se transforma así imperceptiblemente en una drama seudopsicoanalítico del sujeto incapaz de enfrentarse a sus traumas interiores...

(¿Por qué seudopsicoanalítico? Porque la verdadera lección del psicoanálisis no es que los acontecimientos exteriores que nos fascinan y/o perturban son meras proyecciones de nuestros impulsos interiores reprimidos. La insoportable realidad de la vida es que, en efecto, ahí afuera hay acontecimientos perturbadores: HAY otros seres humanos que experimentan un intenso goce sexual mientras nosotros somos medio impotentes, HAY personas sometidas a torturas espantosas... Es más, la verdad fundamental del psicoanálisis no consiste en el descubrimiento de nuestro verdadero Yo, sino en el encuentro traumático con un Real insoportable).

El excesivo celo políticamente correcto de la gran mayoría de los profesores universitarios "radicales" actuales a la hora de tratar el sexismo, el racismo, las sweatshops del Tercer mundo, etc. es, pues, en última instancia, una defensa contra su propiay más íntima identificación, una especie de ritual compulsivo cuya lógica oculta es: "Hablemos todo lo posible de la necesidad de un cambio radical para asegurarnos de que nada cambie realmente!". Con respecto a este sujeto "radical chic", el primer gesto hacia los ideólogos y practicantes de la Tercera Vía debería ser de alabanza: por lo menos ellos juegan su juego de manera franca y son honestos en su aceptación de las coordenadas capitalistas globales, a diferencia de los izquierdistas universitarios seudo radicales, que adoptan hacia la Tercera Vía una actitud de completo desdén, mientras su propio radicalismo equivale, en última instancia, a un gesto vacío que no obliga a nadie en particular".

Ay caramba...

-Tomado de Slavaj Zizek, Recordando a Lenin* (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007); original en inglés, Repeating Lenin (2004).

*gracias a José A. que me trajo la pequeñita y hermosa edición de La Habana!.

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